Ayer y hoy, tantos años
las estrellas brillando
en la noche fría
la vida misma naciendo
nuevamente a la intemperie.
Refugiados atravesando desiertos,
huyendo de imperios opresores,
posadas llenas, puertas cerradas,
indiferencia masiva en el reino de Herodes
inocentes mestizos y mulatos
mueren ante las manos limpias de Pilatos.
Chivos expiatorios,
fariseos de ayer y hoy,
mujeres sentenciadas
piedra en mano,
templos del consumo
tomados por mercaderes,
becerros de oro,
ídolos de barro,
gobernantes lavándose las manos,
ignorando las profecías
esperando a nuevos mesías.
Sopla, oh, Espíritu Santo,
infunde sabiduría
sobre esta especie perdida
en el camino
tan distraída
de su destino
en una voraz huida
hacia ningún sitio.
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