Estamos enlazados
por nexos invisibles
en un gran entramado
hermoso e indivisible.
Por siglos nos creímos
del todo separados
y hoy que nos unimos
ya hemos despertado.
En la calle descubrimos:
¡somos pueblo soberano!
El poder establecido
quiere doblarnos la mano.
En el fulgor de la calle
en este pueblo insurgente,
ya no hay miedo que nos calle
algo surge entre la gente.
Escucha ese latido:
es el futuro latente
que murmura en tu oído,
es el porvenir silente.
Es el futuro que susurra
en el momento existente
entre uno y otro segundo
para habitar el presente.
Es el latido del mundo herido
pero preñado de otro mundo
que viene y no se detiene
que viene del futuro
pero ya está en este.
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