Setenta agentes de impacto
de América Latina
viajaron a lo más alto
de la cordillera andina.
Volvieron con humildad
de la altísima Puna
sabiendo que
MadreTierra y Humanidad,
en realidad,
son una.
Montañas de colores,
música de Carnaval,
ofrenda a la Pachamama,
dicen que el diablo
anda de parranda,
de los Valles a la Quebrada,
de la Quebrada a la Puna,
de Jujuy a Abrapampa,
de Purmamarca a Huamahuaca.
Warmi de la Puna,
Madre, abuela, hermana
todas mujeres sabias,
valientes, perseverantes,
guardianas del territorio,
defienden el patrimonio,
la dignidad y la Pachamama.
Tejen comunidades,
crean oportunidades
en el medio de la nada,
sabiendo que protegen
una identidad sagrada.
Ellas cuidan sus llamas
máquinas cardan su lana,
no buscan la fama,
juntas hilan la pampa
tejen mantas y bufandas,
manos curtidas por el viento,
la piel del color de los cerros,
almas como fuegos animados
por el recuerdo de los muertos.
Son el tejido,
son quien lo teje
no aceptan un hombre
que las maneje,
ni mineras que las despojen.
ni mineras que las despojen.
Es un proceso interior
habitar entre dos mundos.
Es una aventura
emprender para el mundo.
Es un desafío
trabajar en equipo
interculturalmente,
con un mismo fin
en el corazón y la mente,
andar el mismo camino
pero con distinta gente,
compartir un destino
viniendo de orígenes
tan diferentes.
La clave, ya la saben:
poner al ser humano
más allá de las diferencias
más allá de las culturas
más allá de las creencias
más allá de los negocios
y sus conveniencias.
Crear mercados es crear mundos
en las conversaciones,
dejarse transformar
en cada encuentro,
dejarse afectar,
por el otro y por su afecto.
Aprender para emprender
es transformarse uno mismo,
para transformar el mundo.
Ser pionero y ser cuidador,
explorador y pastor,
ir más allá de lo formal,
transgredir las normas,
o mejor, echarle huevos,
crear nuevas reglas,
para jugar juegos nuevos.
Emprender con impacto
social o ambiental
requiere atreverse
a intercambiar
recursos por impacto,
dejarse atravesar
por la necesidad del otro
para crear un nuevo nosotros.
Es el contexto
quien otorga
sentido al texto.
Emprender se vuelve un pretexto
para vivir de los sueños que anhelo
con los pies en el suelo,
la cabeza pensando,
las manos haciendo,
y el corazón latiendo.
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