por ser la primera señal de liderazgo.
Gracias, Miedo,
por ser el primer paso
necesario para despertar el valor.
Gracias, Miedo, por recordarme
qué es aquello que temo perder.
Gracias, Miedo, por mostrarme
aquello que deseo cuidar,
proteger, conservar.
Gracias, Miedo, por ser
más rápido que el intelecto.
Gracias, Miedo, por percibir
cada amenaza,
por activar mi atención,
y permitirme estar alerta
para defenderme.
Gracias, Miedo, por ser
una herencia de los ancestros.
Gracias, Miedo, por ser
una reacción de mi cerebro reptiliano,
de mi cocodrilo interior.
Gracias, Miedo,
por permitirme sobrevivir
a mi y a cada uno
de mis antepasados,
frente a todos los peligros
reales e imaginados.
incendios, guerras,
accidentes
mamuts, leones,
dientes de sable
Gracias, Miedo,
por activar mis sentidos,
por preparar mi organismo
para huir, atacar o esconderme.
Miedo, eres amigo fiel.
Aunque te vas por un tiempo,
siempre vuelves,
leal compañero.
Me permites discernir
con sabia prudencia,
lo que realmente deseo,
medir la anchura de mi corazón,
evaluar los riesgos,
desafiarme,
y cuando sea el momento,
atravesar el umbral,
dar un paso al frente,
animado por tu hermano el Coraje.
1 comentario:
Ufff... gracias...el miedo un amigo que no falla.
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