Cuentan que un tímido chucao
en abril me vino a contar
que cuarenta humanas y humanos
llegaron a IncubaR
a Cabrero en El Manzano
con la intención de regenerar
y entre canvas y cantos
aprendieron a danzar,
en círculo soñar,
en equipo emprender,
con alma planificar,
en comunidad aprender,
pero sobre todo,
la vida celebrar.
Recordaron la historia
de las galaxias del Universo,
escucharon la historia
de Otto y su Teoría U en verso,
y aprendieron a contar
la historia del lugar,
del sistema mayor
a ver el potencial.
Descubrieron lentamente
que para emprender
proyectos regenerativos,
con una gran pasión,
y para vivir plenamente
mucho pueden aprender
de los seres vivos
que ya son.
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