domingo, 13 de enero de 2019

Últimas Comuniones

 ¿Por qué de chiquitos
vestíamos de blanco
o de marineritos
en la celebración
de la Primera Comunión?

¿Por qué de adultos comulgar
se vuelve rutina dominical,
en una lenta y silente fila,
rito sin sentido ritual?

¿Cuándo olvidamos
celebrar como antes
la verdadera comunión
de cada instante?

Contemplo por un segundo
el brillante firmamento
y siento por un momento
el palpitar de este mundo.

Cada astro del universo
gravita como neurona
que encendida explosiona
en mi cerebro inmenso.

En eufórica calma celebro
cada conexión sináptica
de cada cuerpo celeste
en la armonía galáctica
de un solo cuerpo, éste.

En el silencio oscuro
de la noche estrellada
bailo descalzo la danza
con el alma callada
en secreta alabanza
al compás titilante
de la sinfonía extenuante
de grillos de un conjuro.

Camino en el bosque sagrado
mis pasos bendicen la tierra
mi canto se vuelve ofrenda
y en el silencio descubro
el verdadero santuario.

Sentados en círculo
el presente se expande
crepitando el fuego arde
nuestras almas y memorias
vibran como cuerdas de guitarra
en tonos resonantes
de un acorde de concordia
mientras a lo lejos, lejos
rechina la cigarra.

En la cumbre allá arriba
el valle se vuelve pequeño
el humano se vuelve hormiga.
Lección de humildad
tan cerca de cielo.
Caminar con mucho empeño,
mirar con altura de miras
ascender en cada paso el cuerpo
sin elevar el tamaño de  mi ego.

En el seco horizonte
del solitario desierto
se funden cielo y suelo
como yo me fundo
derretido por el viento
uno con el todo,
todo con el uno.

Donde termina la placa
de cualquier continente,
el infinito azul comienza
donde todo se mueve
con el flujo de la marea,
la gravedad ya es leve
ante el mayestático vuelo
de la manta-raya,
soy efímero mortal
que se disuelve,
minúsculo humano
ante el reino de Neptuno,
soy un grano de sal
perdido en el océano.

Da igual si es de noche o de día,
solo o en compañía,
en los bosques o desiertos, 
en el mar o la montaña
cuando el alma está despierta
la comunión se vuelve
pan nuestro de cada día.




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