Dos experiencias de Multiversidad: una más marketera en Sonora, México y la otra, más desde la educación popular, en Montevideo, Uruguay.
El concepto de multiversidad tiene su primera manifestación en la década de los sesentas del siglo veinte. Según registros conocidos, el presidente de la Universidad de California, Clark Kerr, intentó definir la universidad focalizada en la investigación como una “multiversity”. “La multiversidad”, dijo, “es una institución inconsistente. No es una comunidad, sino varias… sus fronteras son difusas…”. No prosperó, pero el término quedó acuñado.
En América del Sur nace la Multiversidad Franciscana de América Latina (MFAL) en Abril de 1989, como una institución de formación alternativa, a nivel superior, que combina la enseñanza con la práctica, la investigación con la promoción y la reflexión con la afectividad. Todo ello desde un profundo compromiso ético de reencuentro con toda la vida.
En 1994, se plantea el término por tercera ocasión de manera formal en Penang, Malasia, sin llegar todavía a una concreción. Su fundamento descansaba en la intención de cuestionar la dependencia académica de occidente y su influencia en las formas de pensamiento. El desenlace es una Multiversity en 2002, y el espíritu que la alienta es la convicción de que cualquier persona puede adoptar una actitud de aprendizaje autodidacta y que no necesariamente corresponde a los modelos de educación practicados en las universidades (más información en www.multiworld.org ).
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